En el nuevo enclave de Rachel’s Eco Love dentro del emblemático Kimpton Los Monteros, su fundadora, Raquel Zamora, nos recibe con la serenidad de quien ha convertido su estilo de vida en un proyecto empresarial sólido. Hace casi quince años que acuñó un término que hoy está en boca de todos: Eco Love, una fusión entre alimentación ecológica, movimiento y bienestar integral.
“Si empezara hoy desde cero, no cambiaría ni el nombre ni el concepto”, afirma. “Rachel’s Eco Love nació de una necesidad real: cuidarnos por dentro y por fuera. Cuando empecé había un vacío en el mercado; hoy esa conciencia está en todo el mundo”.
Comer sano ya no es una tendencia, es una base
La propuesta gastronómica de Rachel’s Eco Love apuesta de forma decidida por el producto orgánico y ecológico. “Intentamos que prácticamente todo lo sea. Hay excepciones por demanda, pero el compromiso es claro: cuanto más natural, mejor para la salud”.
Para Zamora, el wellness no se puede dividir en compartimentos estancos. “Alimentación y deporte van de la mano. Es un way of life. La persona que entrena quiere comer sano, y quien come sano acaba interesándose por moverse. Todo está conectado”.
¿El wellness como lujo?
Aunque sus locales se ubican en enclaves premium, Zamora rechaza la etiqueta de lujo. “Cuidarse no es un privilegio exclusivo. Un evento nuestro con clase deportiva y brunch cuesta 32 euros. Es accesible para cualquiera que quiera regalarse una mañana de bienestar”. De hecho, asegura que en sus encuentros conviven perfiles muy diversos llegados de otras provincias solo para vivir la experiencia.
Lo que sí reconoce es que sus espacios generan una atmósfera aspiracional: “Hay muchas formas de vivir el bienestar, desde lo cotidiano hasta lo más experiencial. Nosotros ofrecemos una experiencia bonita, pero sigue siendo para todos”.
Comunidad global y Rachel’s World Tour
Uno de los grandes activos de la marca es la comunidad internacional que se ha creado en torno a ella. Ese vínculo ha dado lugar al Rachel’s World Tour, con eventos en Madrid, Londres, Miami y próximamente París. El formato se mantiene: clase deportiva con monitores locales y, después, su brunch icónico. “Muchos clientes nos siguen por distintos países. Traen amigos, familiares… la comunidad crece sola”.
El wellness, entre la salud y el marketing
Zamora no percibe fallas en la industria, pero sí lanza una advertencia: “El deporte no es solo físico, también es mental y emocional. Hay que tener cuidado con convertir el wellness en una presión o en una obligación estética. El objetivo real debe ser sentirse bien, no responder a una exigencia externa”.
Longevidad con calidad de vida
En su filosofía, el movimiento es la mejor medicina preventiva: “No soy partidaria de medicalizarlo todo. El deporte ayuda al estrés, al estado de ánimo, y a muchas personas con ansiedad. Antes de llegar a la pastilla, creo que hay que probar otras vías”.
¿Vivir hasta 120 años es un reto o una condena? Para la empresaria la clave está clara: “Lo importante no es cuántos años vivas, sino cómo los vivas. Yo quiero disfrutar mientras tenga calidad de vida y autonomía. El día que no esté bien y sea una carga, para mí ese ciclo se ha cerrado”.
Sobre el estado emocional de la sociedad actual, es directa: “Creo que hoy la gente se viene abajo antes que antes. Falta fortaleza, compromiso y valores. Nos exigimos menos, pero nos sentimos más desbordados”.
Éxito, errores y aprendizaje
Frente a la pregunta de cuál de sus errores se ha revelado más rentable, Zamora no lo tiene claro. “Me he equivocado muchísimo. Los errores son constantes, cuando emprendes, pero siempre los he visto como aprendizaje. Si no es por aquí, es por otro lado. Lo importante es seguir y no paralizarse”.
Vanidad, redes y validación
Sus locales y sus eventos son altamente “instagrameables”, algo que ella observa con naturalidad, a pesar de que entre sus clientes hayan varios influencers: “Hoy todo el mundo se graba y comparte su vida. No creo que vengan por postureo. Vienen porque les gusta la comida, el ambiente y cómo se sienten aquí”.
El test rápido del bienestar
Le proponemos a Raquel Zamora un juego: responder solo con sí o no a algunos de los conceptos más comentados del wellness actual. Sus respuestas, rápidas y sin filtros, dibujan con claridad su filosofía:
- Botox: Sí
- Creatina: Por supuesto
- Wearables (relojes y dispositivos de control): Sí
- Hormonas: No
- Sauna: Sí
- Baño de hielo: Sí
- Cámara hiperbárica: Sí
- Terapias de infusión (drips): Sí
- Ayuno: Sí, pero no siempre
- Dios: Sí
Un retrato directo de su visión: apertura a la tecnología y las nuevas terapias, pero con criterio, límites y una espiritualidad presente.
Dejar huella
Al final de la charla, una pregunta íntima: si solo pudiera ser recordada por una razón. Su respuesta es sencilla y honesta: “Me gustaría que se recordara que hice algo bueno por alguien. Que aporté algo positivo a la vida de otra persona”.
Y ese, probablemente, sea el verdadero significado de Eco Love.
