Desconectar en estos tiempos de hiper conexión a todos los niveles no es tarea fácil. Estamos sobre expuestos a estímulos constantes y quienes más bombardea con contenido atractivo, facilidades, modas o conveniencia, más consigue nuestra atención.
Pero realmente cuanto más discreto, silencioso y humilde sea un destino, más probabilidad tiene, en nuestra opinión, de conseguir que realmente desconectemos de nuestro día a día.
Si se llama Extremadura, por algo será: extrema y dura. Pero de aquí nace su desafío. En otoño Extremadura ofrece una naturaleza casi salvaje, entre piedras y brotes de hierbas verdísima, flores amarillas y un poblado de encinas y alcornoques infinito.
Dedicaremos más artículos a esta fascinante comunidad, que ofrece un turismo auténtico, diferente de las opciones más comunes, basado en rutas de termalismo, cultura, ganadería, gastronomía y senderismo por pueblos y caminos de postales.
Aunque la capital sea Mérida y el centro logístico-industrial más importante sea Badajoz, decidimos centrar nuestra escapada en Cáceres, que encierra en su casco antiguo una cultura, una arquitectura y un silencio asombroso.
Cáceres es ciudad Patrimonio de la Humanidad, nombrada por la UNESCO desde 1986 y el tercer mejor casco histórico conservado de Europa. La historia de la ciudad se remonta a la edad Romana, cuando los romanos fundaron la colonia Norba Caesarina. Cáceres se mantendría romana hasta que fue destruida por los Visigodos y quedó olvidada hasta la edad media, momento en que primero los musulmanes y luego los portugueses (aunque pactarían la entrega de la ciudad al reino de León) conquistaron la ciudad. Todas estas épocas de la historia han dejado su rastro en Cáceres, en su Casco Histórico y su Patrimonio, tanto artístico, cultural como arquitectónico.
Plaza Mayor de Cáceres (Extremadura, España), junto a las escaleras del Arco de la Estrella y la Oficina Municipal de Turismo (busca a la persona vestida de rosa). En esta visita entraremos en los monumentos en Cáceres más visitados.
En la misma plaza subiremos a la Torre de Bujaco y tendremos la oportunidad de recorrer el tramo de muralla que se encuentra disponible. Pasaremos por el Arco de la Estrella. No te irás de Cáceres sin hacerte un selfie con este particular arco.
Entraremos en la Concatedral, donde nos atreveremos a ver la talla del Cristo Negro, la imagen más afamada de la Semana Santa de Cáceres y la que guarda más supersticiones.
Subiremos a la zona alta de la ciudad y entraremos en el Museo Provincial, donde se encuentra la joya de la corona de Cáceres (el Aljibe Musulmán). Pasearemos por el barrio Judío y entraremos en el baluarte de los Pozos.
Si al pasear por Cáceres tendrás la sensación de dejá vu es porqué aquí se han grabado tantas películas y series de época. Posiblemente la más conocida de los últimos años son Juego de Tronos y su precuela e Isabel, donde se utilizó la ciudad para escenas que hacían creer que era León, Burgos u otras muchas.
Pero a lo largo de los años, Cáceres ha sido plató de muchas más producciones, como La Catedral del Mar, Romeo y Julieta, Teresa el cuerpo de Cristo y muchas más.
Si no quieres coger el coche durante la estancia, alojarse en el Gran Hotel Don Manuel es lo ideal, por su fantástica ubicación, habitaciones amplias y muy confortables, por tener un parking enorme a un precio competitivo y por disponer de una gastronomía excelente y de un pequeño Spa, que viene genial para relajarse en cualquier momento del día.
Cuando necesitamos huir del ruido de la ciudad para nutrir nuestros ojos de belleza, nuestro cerebro de cultura y nuestro cuerpo de bienestar, es ideal encontrar un destino que pueda combinar todos estos aspectos de forma fácil y satisfactoria.
Aunque en esta época del año haya bastante turismo grupal y de mayores, siendo Cáceres un destino cultural reconocido internacionalmente, encontramos también muchos jóvenes, que viajan en pareja o entre amigos, lo que hace que el hotel esté preparado para atender todo tipo de exigencia.
A partir del desayuno a buffet que ofrece, además de las opciones clásicas, varios productos y platos de territorio, como los embutidos de cerdo ibérico, los quesos típicos (la Torta del Casar), las migas y un cocinero que cocina a vista y al momento según las peticiones del cliente.
El hotel dispone de un pequeño gimnasio, bastante bien equipado y de un circuito de Spa que, están abiertos también al público de fuera, no solo a los clientes alojados.
El Spa se compone de una zona de aguas, con diferentes chorros y alturas, una zona de relax, un baño de vapor y una ducha de contrastes y tiene una cabina de masajes de todo tipo aunque está enfocada a maderoterapia.
Y como el paladar también exige su parte, el restaurante Origen es el lugar ideal para disfrutar de un almuerzo o de una cena con platos típicos de Extremadura en un ambiente cálido y acogedor, que está englobado en el hotel, pero con acceso y terraza hacia el exterior, estando abierto a todo tipo de público.
Ana García, la directora comercial del Gran Hotel Don Manuel, nos cuenta que todos los espacios del hotel están pensados para ofrecer experiencias globales de relax y bienestar a cualquier target de cliente, sobre todo de otoño a primavera, que es cuando más se aprecia el destino turístico de Cáceres.
Y para reafirmar el compromiso con la cultura de la ciudad, el hotel ofrece en su pasillo una exposición de obras de arte que va cambiando a menudo y que motivan al turista y al residente a visitar el hotel en varias ocasiones para poder disfrutar de cultura, arte y gastronomía a pie de calle.
Son varias las experiencias que ofrece el hotel a sus clientes: en la web https://www.granhoteldonmanuel.com/experiencias/ podrás elegir la que más encaja con tu perfil y tu disponibilidad y el personal del hotel está encantado de guiarte en el descubrimiento de todos los tesoros de Cáceres y de su entorno.