Para hacer más ejercicio, comer bien y en la cantidad correcta, y tener un estilo de vida saludable. Estos son los principales objetivos que nos marcamos cada año con la llegada de septiembre. Sin embargo, mantener el timón del barco metafórico no es nada fácil porque lo inesperado siempre está a la vuelta de la esquina, y como decía Oscar Wilde: puedes resistir todo menos la tentación.
En primer lugar, podemos decir con absoluta certeza que las buenas intenciones de septiembre suelen materializarse con mayor eficacia que las de enero porque se derivan de un concienzudo autoanálisis personal. Es innegable que en septiembre, después de pasar el verano en la playa comparando nuestra forma física con la de mucha gente, incluso los perezosos, uno decide ponerse en forma física y tener las mejores intenciones; pero un factor importante es la motivación.
Una pequeña distracción es suficiente para desencadenar un círculo vicioso en el que el sentimiento de culpa que sientes tras perderte un entrenamiento o ingerir unas cuantas calorías de más puede hacerte creer que ninguna de las buenas intenciones está a tu alcance. Después de ello, es casi seguro que renuncies a tus objetivos, lo que inevitablemente te llevará a viejos hábitos. Afortunadamente, sin embargo, con una dosis de buena voluntad y algunos consejos prácticos, este rumbo puede revertirse.
No pierdas la esperanza
La primera sugerencia es nunca perder la esperanza. Establecer un objetivo y tenerlo claro en la mente es sin duda el paso más importante, y no ceder ante el primer obstáculo y mirar de frente a la meta es el siguiente paso lógico. La culpabilidad tiene una doble función: por un lado, es ventajosa porque desalienta la repetición de malos comportamientos; por otro lado, es una gran fuente de estrés y puede empeorar nuestro estado de ánimo. La consecución de un objetivo está vinculada al mecanismo de autorregulación, que se polariza en dos fenómenos: el miedo al fracaso y la motivación.
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No establezcas objetivos inalcanzables
Aquellos que sufren demasiado por el miedo al fracaso, así como aquellos que tienden a sentirse demasiado culpables, suelen tomar decisiones generalmente incoherentes, fijándose objetivos que a veces son imposibles de alcanzar. Por otro lado, la motivación saludable se enfoca en retos razonables. Intentar perder veinte kilos en quince días con un régimen de ayunas, o correr un maratón después de un mes de entrenamiento ocasional, son misiones imposibles. Además del criterio de racionalidad, los objetivos son realmente alcanzables si también se atienen al criterio de mensurabilidad: las buenas intenciones necesitan pasos intermedios, o al menos una brújula que nos permita saber si vamos en la dirección correcta o no. Además, nunca debemos olvidar que los objetivos que nos propongamos deben estar calibrados a nuestros deseos reales, nunca a las expectativas que los demás tienen de nosotros.
¿Por qué es tan fácil equivocarse? Para obtener una respuesta a esta pregunta, probablemente deberías leer libros completos de neurofisiología. Entre las muchas razones por las que las personas no cumplen con las intenciones, se encuentran los llamados circuitos de recompensa, aquellos que regulan los sentimientos de bienestar que uno siente tras una conducta agradable o virtuosa. Los circuitos de recompensa funcionan con diferentes tiempos, según los estímulos y resultados: comer media barra de chocolate cuando no deberíamos hacerlo puede dar una sensación de bienestar, es decir, una recompensa, más inmediata y a corto plazo que la que sentiríamos de una posible pérdida de peso en el futuro. Por lo tanto, es muy importante trabajar para fortalecer la llamada gratificación diferida, es decir, la capacidad de resistir las tentaciones que prometen recompensas inmediatas y esperar una recompensa futura más conspicua y gratificante.
Cambio del plan de acción
Otra idea —cuando parece que ya hemos probado todos los caminos y la tentación de renunciar a nuestros objetivos es fuerte— es cambiar radicalmente el plan de acción. En este sentido, el entrenamiento en grupo ha demostrado tener resultados increíbles para mantener fuertes nuestras intenciones y alcanzar nuestros objetivos. Revolucionar tu dieta, comenzar un nuevo deporte o pasatiempo, y ajustar por completo tu rutina de entrenamiento son excelentes opciones.
Fuente: Technogym
