Con la llegada de septiembre, muchas personas se preparan para retomar sus rutinas habituales tras las vacaciones de verano. Este mes es un momento de reorganización y planificación, que incluye el regreso a la actividad física y el deporte. Sin embargo, los hábitos relacionados con el fitness y la actividad física han cambiado considerablemente en los últimos años, especialmente debido a la pandemia y a los cambios en el estilo de vida de muchas personas. Analicemos cómo han evolucionado estos hábitos, las nuevas tendencias y los desafíos que enfrentan las personas al conciliar el deporte con sus responsabilidades diarias.
Sin pausas: hacer deporte es una cuestión de hábitos
Una parte de la población no cesa de hacer ejercicio ni durante las vacaciones. Estas personas suelen ser aquellas que han integrado el deporte como una parte esencial de su vida diaria. Para ellas, la actividad física no es solo una forma de mantenerse en forma, sino también un medio para gestionar el estrés y mantener una sensación de bienestar. Esta actitud de continuidad contrasta con quienes ven las vacaciones como un período de descanso total, incluyendo del ejercicio.
Estudios recientes muestran que el grupo que mantiene la actividad física constante durante las vacaciones tiende a experimentar menos dificultades al regresar a sus rutinas post-vacacionales. La clave radica en que estos individuos consideran el ejercicio como una parte intrínseca de su vida, similar a comer o dormir, lo que facilita la continuidad.
¿Elegir o conciliar?
Para muchos, septiembre marca el regreso no solo al trabajo, sino también a una serie de responsabilidades familiares y personales. La conciliación de estas tareas con una rutina de ejercicio puede ser un desafío significativo. Una estrategia comúnmente adoptada es la planificación anticipada, integrando el ejercicio en horarios fijos que no interfieran con las obligaciones laborales o familiares. Por ejemplo, entrenar temprano en la mañana o al final del día puede ser una solución eficaz.
Otro enfoque que está ganando popularidad es la práctica de ejercicios breves pero intensos, como el entrenamiento de alta intensidad (HIIT), que permite obtener beneficios similares a los entrenamientos más largos en menos tiempo. Esto es especialmente útil para aquellos con agendas apretadas.
El impacto económico del deporte
Practicar deportes y mantenerse activo físicamente puede tener un impacto considerable en el bolsillo de las personas. Desde la inscripción en gimnasios hasta la compra de equipos y ropa deportiva, los costos pueden acumularse rápidamente. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un aumento en la disponibilidad de recursos gratuitos o de bajo costo, como aplicaciones de fitness, vídeos en línea y grupos de entrenamiento comunitario.
En algunas ciudades, las administraciones locales han impulsado iniciativas para promover la actividad física a través de programas gratuitos de ejercicios en parques y espacios públicos. Este enfoque no solo reduce los costos asociados, sino que también fomenta un sentido de comunidad y accesibilidad a la actividad física para personas de todas las clases sociales.
Nuevas tendencias
Este año, se espera que continúe la popularidad de los deportes al aire libre y las actividades que pueden realizarse de manera independiente, como el ciclismo, el running y el senderismo. La pandemia ha impulsado una preferencia por estos deportes pero la inteligencia artificial los ha hecho cada día más competitivos y tecnológicos. Para los más perezosos, con poco tiempo y fantasía, los gimnasios virtuales y basados en electroestimulación donde una sesión de 25 minutos a la semana equivale a 4 horas de deporte!
Además, las actividades que combinan el ejercicio físico con el bienestar mental, como el yoga y el pilates, están experimentando un resurgimiento. Estas disciplinas no solo mejoran la flexibilidad y la fuerza, sino que también ayudan a reducir el estrés, lo cual es fundamental en tiempos de incertidumbre.
Cómo cambian las prioridades
La percepción de la importancia del ejercicio físico varía significativamente entre diferentes ciudades y zonas de residencia en España. En grandes ciudades como Madrid y Barcelona, donde el ritmo de vida es más acelerado, el ejercicio a menudo se ve como una forma esencial de desconectar y mantener el equilibrio. En contraste, en áreas rurales o ciudades más pequeñas, las actividades al aire libre y los deportes de equipo pueden ser más comunes, reflejando un estilo de vida diferente.
Además, la clase social y el nivel educativo también juegan un papel importante. Las personas de niveles socioeconómicos más altos y con mayor educación tienden a darle más importancia al ejercicio regular, no solo por motivos de salud sino también como una actividad social y de networking. En contraste, en comunidades con menos recursos, la falta de tiempo y dinero puede ser un obstáculo, aunque el aumento de recursos gratuitos y comunitarios está ayudando a cerrar esta brecha.
Sea como sea, ¡muévete!
La vuelta a la rutina en septiembre trae consigo un enfoque renovado en el deporte y la actividad física, aunque con importantes variaciones en cómo y por qué se practica. La clave para muchas personas será encontrar formas de integrar el ejercicio en sus vidas de una manera que sea sostenible y accesible, equilibrando las demandas de trabajo, familia y finanzas. Con nuevas tendencias y un enfoque creciente en la salud y el bienestar, el fitness sigue siendo una prioridad, aunque adaptada a los tiempos actuales y a las necesidades individuales.