Solongevity: medicina de la longevidad con ciencia, precisión y prevención personalizada

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En los últimos años, la medicina ha comenzado a mirar el envejecimiento no solo como un proceso inevitable, sino como un campo activo de intervención.

Encontramos en Milán al profesor Alberto Beretta, médico, inmunólogo, investigador y uno de los pioneros en Europa en trasladar el conocimiento científico de la biología del envejecimiento al terreno clínico real. Tras décadas de trayectoria en investigación básica, con publicaciones en inmunología, inflamación y biología celular, decidió volcar su experiencia en un modelo asistencial práctico, riguroso y preventivo, al cofundar Solongevity.

Además, forma parte del comité científico del Milan Longevity Summit, uno de los encuentros más relevantes a nivel europeo en torno a la ciencia del envejecimiento y la medicina de precisión. Allí comparte espacio con referentes internacionales de la investigación biomédica, validando así su enfoque integral de medicina funcional aplicada a la longevidad.

“La longevidad no puede construirse solo con suplementos o genética, sino con ciencia, datos clínicos y una relación continua entre médico y paciente”, sostiene. Su visión, reflejada en Solongevity, representa el nuevo paradigma de salud: uno en el que vivir más también significa vivir mejor, con autonomía, conocimiento y prevención activa.

En esta entrevista, el profesor Alberto Beretta, cuenta cómo la clínica italiana se ha convertido en un referente europeo en programas clínicos de salud preventiva aplicando criterios científicos de última generación.

“Hoy en día hay una gran confusión en torno a la medicina de la longevidad porque se mezclan conceptos genéticos, epigenéticos y moleculares que aún no cuentan con validaciones clínicas amplias. En Solongevity trabajamos desde una base sólida, que es la fisiología del paciente. Desde ahí avanzamos hacia una medicina personalizada y basada en datos reales”, subraya Beretta.

El profesor señala que muchas pruebas genéticas tradicionales ya han quedado obsoletas, dado que analizar mutaciones aisladas tiene poco valor predictivo. «Hoy se trabaja con índices de riesgo poligénico (PRS), que consideran múltiples variables genéticas. Pero incluso así, la genética tiene un valor limitado. Lo fundamental es saber interpretar correctamente los datos y combinarlos con pruebas fisiológicas objetivas», aclara.

El diagnóstico de base: imprescindible

En Solongevity ningún paciente entra en programas de longevidad sin antes haber pasado por un exhaustivo chequeo clínico. Esto incluye pruebas cardiopulmonares con análisis de gases en esfuerzo, DEXA para valorar grasa visceral y masa magra, spirometría, mediciones de variabilidad cardíaca y análisis de más de 70 parámetros bioquímicos y moleculares, incluyendo genética y epigenética.

«Muchos de estos exámenes no se realizan en medicina general ni en hospitales privados convencionales. Para nosotros son esenciales para perfilar al paciente y entender realmente qué necesita, antes de recomendar cualquier suplementación, terapia o entrenamiento.»

Biohacking validado y programas personalizados

Aunque el término “biohacking” se ha popularizado, Beretta advierte que no todo sirve para todos y que solo algunas tecnologías están realmente validadas. Entre las que aplican en Solongevity destaca la terapia de entrenamiento respiratorio hipóxico-hiperóxico (IHHT), muy utilizada en Alemania en rehabilitación cardiológica y neurológica, y que en Italia se ha integrado al mundo del wellness.

También usan terapias de luz roja (infrarroja) para reducir inflamación y mejorar el ritmo circadiano, y desarrollan programas de sueño personalizados, que combinan nutrición, psicoterapia y tecnología de análisis de patrones de sueño.

“Nuestro enfoque es extremadamente personalizado. No hay un protocolo igual para dos personas. Trabajamos con precisión clínica y seguridad. Rechazamos terapias invasivas como las células madre alogénicas o el gene editing, que aún no tienen suficiente respaldo científico ni ético”.

Plataforma tecnológica e inteligencia artificial

Solongevity ha desarrollado su propia plataforma digital con IA para gestionar la enorme cantidad de datos clínicos, genéticos y de estilo de vida de cada paciente. «La medicina de la longevidad requiere una nueva forma de ejercer. Un médico no puede procesar toda esta información sin soporte digital. Nuestra plataforma permite integrar datos de laboratorio, metabolómica, exposoma, nutrición y más, facilitando decisiones clínicas realmente personalizadas», explica Beretta.

El proyecto Solongevity también contempla la creación de una academia para médicos interesados en integrar este modelo de medicina preventiva en sus prácticas. “No queremos abrir franquicias. Queremos asociarnos con clínicas ya existentes, formar a sus equipos y facilitarles el acceso a tecnología, protocolos y nuestro sistema”, afirma.

Un modelo accesible, escalable… y abierto al turismo de salud

Solongevity ha diseñado sus programas con el objetivo de hacerlos accesibles y escalables, sin perder su esencia clínica. Un test epigenético de edad biológica puede adquirirse por 700-800 euros, mientras que un chequeo médico completo con análisis funcionales arranca en 500 euros. Los programas personalizados de longevidad —que incluyen diagnóstico, terapias, entrenamiento y seguimiento— oscilan entre 2.500 y 2.800 euros, dependiendo del nivel de intervención requerido.

Pero el proyecto va más allá de la atención local. Según explica el profesor Beretta, Solongevity está abriendo la puerta a combinar sus programas médicos con paquetes de turismo de salud, especialmente pensados para pacientes internacionales o residentes en Europa que buscan una escapada de bienestar clínico.

“Recibimos muchas solicitudes de personas que desean venir a Milán o a otras sedes durante unos días para realizar el diagnóstico completo y comenzar un plan preventivo. Por eso estamos desarrollando paquetes de estancia que integran medicina de precisión, wellness y tiempo libre, en colaboración con hoteles y centros turísticos locales. Es una forma eficaz de acercar este modelo a quien desea invertir en su salud desde una experiencia también emocional y cultural”, afirma.

La idea es clara: no se trata solo de ofrecer tratamientos, sino de crear vivencias transformadoras, donde la persona no solo se evalúe y se cuide, sino que vuelva a casa con nuevas herramientas, conocimiento y motivación para adoptar un estilo de vida más consciente y saludable.

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