El pádel: un fenómeno deportivo que impulsa la conexión social y el bienestar

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Cada 6 de abril, el mundo conmemora el Día Internacional del Deporte para el Desarrollo y la Paz, una iniciativa de la ONU que desde 2013 destaca su capacidad para promover valores como la inclusión, la salud y la cohesión social. En este marco, el pádel emerge como un deporte emblemático: su combinación de accesibilidad, dinamismo social y beneficios físicos lo ha convertido en una herramienta clave para fomentar hábitos saludables y fortalecer comunidades.

Originado en México durante la década de 1960, este deporte de raqueta ha traspasado fronteras hasta consolidarse como un fenómeno global. Su evolución es asombrosa: de practicarse en menos de 50 países hace cinco años, hoy está presente en más de 140 naciones, con un crecimiento exponencial en infraestructura. Según datos recientes, el número de pistas pasó de 21.000 en 2018 a más de 70.000 proyectadas para 2025, mientras los jugadores superan los 25 millones y los clubes suman 23.000 a nivel mundial.

España lidera la revolución del pádel, con casi 4 millones de practicantes y 17.000 pistas registradas a finales de 2024, según la Federación Internacional de Pádel (FIP). Le siguen Italia (9.700 pistas) y Argentina (7.000), este último como referente en América. Destaca además la creciente participación femenina, que ya representa el 40% de nuevos jugadores en territorio español, impulsando una diversificación sin precedentes.

El impacto económico es igualmente notable. El Global Padel Report 2023 prevé que el mercado alcance los 6.000 millones de euros para 2026, con España a la vanguardia gracias a empresas como Pádel Nuestro, que facturó 58 millones en 2024 y proyecta 80 millones para 2025.

Más que un deporte: un catalizador social
La esencia del pádel radica en su capacidad para unir. Al jugarse en parejas, fomenta la cooperación y el trabajo en equipo, creando comunidades en torno a las pistas. Su flexibilidad —sin exigencias de edad o nivel— lo hace ideal para reconectar familias, amigos o compañeros de trabajo en entornos urbanos, donde se ha popularizado como actividad post laboral.

Javier García, responsable de comunicación de Pādel Nuestro, lo define como un «deporte intergeneracional que no entiende de límites», destacando su versatilidad para adaptarse desde principiantes hasta profesionales. Esta accesibilidad ha impulsado a marcas a desarrollar equipamiento segmentado, desde palas básicas hasta alta competencia, junto con ropa y calzado para todas las edades, incluyendo niños.

Con una proyección que apunta a incluirse en los Juegos Olímpicos, el pádel trasciende la moda: es un movimiento que combina ejercicio físico, diversión y construcción de vínculos. ¿Ya has probado su revolución social?

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