SENPE 2025 en Málaga: la nutrición clínica entra en una nueva era

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Durante tres intensos días, más de 800 profesionales del ámbito sanitario —médicos, dietistas-nutricionistas, farmacéuticos, enfermeros, rehabilitadores y expertos en metabolismo— se reunieron en Málaga en el marco del 40º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE). Un encuentro multidisciplinar que ha demostrado, una vez más, que la nutrición clínica es mucho más que un complemento terapéutico: es una herramienta central para la salud, la recuperación funcional y la calidad de vida.

El Congreso de SENPE 2025 ha sido escenario de avances científicos, debates éticos, talleres prácticos y una mirada crítica —pero esperanzadora— al papel que la nutrición juega en el sistema sanitario. Desde el primer día, el foco ha estado puesto en un concepto transversal: la atención nutricional centrada en la persona, basada en la evidencia, la funcionalidad y el contexto individual.

Entre los temas más destacados del programa:

  • El papel de la nutrición en el paciente oncológico y en la UCI.
  • Nuevos algoritmos para el cribado y diagnóstico de la desnutrición.
  • Modelos de intervención precoz en atención primaria y hospitalaria.
  • Actualización en nutrición enteral y parenteral.
  • Innovaciones en tecnología diagnóstica, como la ecografía nutricional y la bioimpedancia.

Todo ello ha reflejado el dinamismo de un campo en evolución, donde la integración de herramientas clínicas, tecnológicas y humanas es clave para avanzar hacia una medicina verdaderamente personalizada.

La Declaración de Málaga: cuando el músculo importa más que el peso

Uno de los hitos del Congreso ha sido la presentación oficial de la Declaración de Málaga, un manifiesto que sitúa la valoración de la composición corporal y la funcionalidad física como ejes centrales en el abordaje nutricional. Firmada por expertos en nutrición, metabolismo y rehabilitación, esta declaración propone dejar atrás modelos centrados únicamente en el peso o el IMC y adoptar un enfoque más completo y útil para la práctica clínica diaria.

“La atención nutricional es un derecho humano”, recordó el Dr. Gabriel Olveira, presidente del Congreso. “Y eso implica ofrecer diagnósticos y tratamientos que tengan en cuenta no solo cuánto pesa un paciente, sino qué hay debajo de ese peso: cuánta masa muscular tiene, cómo se mueve, qué capacidades funcionales conserva y cómo está su entorno clínico y emocional”.

La Declaración, alineada con los criterios internacionales GLIM y la Declaración de Viena, reclama la implementación rutinaria de la valoración morfofuncional en todos los niveles asistenciales. Esto incluye herramientas como la bioimpedancia, la dinamometría, la ecografía muscular, test funcionales y, cuando sea posible, análisis de imagen oportunista. Incluso en contextos con menos recursos, una simple cinta métrica puede aportar información clave sobre el estado nutricional.

Esta iniciativa, respaldada por múltiples sociedades científicas, marca un paso firme hacia un modelo de atención más equitativo, individualizado y efectivo, que prioriza la prevención de la desnutrición, la recuperación de la funcionalidad y la calidad de vida.

El paciente, en el centro del sistema

Otro de los mensajes que ha atravesado todo el congreso es la necesidad de mirar más allá del diagnóstico clínico y tratar al paciente desde un enfoque biopsicosocial. Así lo reflejaron varias mesas redondas en las que se debatió sobre la adhesión terapéutica, el papel del cuidador, la humanización de la nutrición clínica y los determinantes sociales de la desnutrición.

El Congreso también ha reivindicado la importancia de incluir la nutrición en la formación básica de todos los profesionales sanitarios, y de garantizar el acceso equitativo a herramientas de diagnóstico y tratamiento nutricional en todo el territorio. Se ha insistido, además, en la necesidad de impulsar la investigación científica en este campo, especialmente en áreas como la nutrición domiciliaria, el ejercicio terapéutico o la recuperación posthospitalaria.

Y, sobre todo, exige reconocer que alimentarse bien también es sanar.

Con iniciativas como la Declaración de Málaga, el trabajo de SENPE y el compromiso de cientos de profesionales, se consolida un modelo de nutrición clínica avanzada, humana y basada en la evidencia. Málaga ha sido el punto de encuentro, pero el cambio ya está en marcha en hospitales, consultas, centros sociosanitarios y hogares de toda España.

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