Wimbledon destrona al aguacate: ¿golpe de efecto verde o movimiento con segundas intenciones?

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Durante años ha sido el rey absoluto de la dieta saludable. El aguacate lo tenía todo: grasas buenas, versatilidad en la cocina, color «instagrameable» y el respaldo de nutricionistas, chefs, deportistas y gurús del wellness. Pero este verano, en un gesto tan simbólico como polémico, Wimbledon le dio la espalda.

El torneo más prestigioso del tenis mundial ha eliminado el aguacate de sus menús oficiales alegando preocupaciones medioambientales. En su lugar, los jugadores y asistentes reciben tostadas con guisantes machacados. Un cambio aparentemente menor que, sin embargo, deja al descubierto una guerra más profunda: la del relato sobre lo que es (o no) sostenible, saludable y éticamente correcto.

El ícono verde en debate

No es ninguna novedad que el cultivo masivo de aguacate puede generar impactos ambientales: consumo de agua, deforestación en algunos países exportadores, presión sobre los ecosistemas locales. Son datos conocidos desde hace tiempo. Pero la pregunta es: ¿por qué ahora? ¿Por qué justo en 2025, y por qué en Wimbledon?

El cambio no ha pasado desapercibido. La decisión ha sido interpretada por muchos como un gesto de marketing verde más que una acción con sustento científico. Y mientras en Londres se aplaude el “eco giro” del menú, en otros rincones del mundo —como el sur de España— se vive con preocupación.

Cuando el gesto eclipsa los matices

España es el mayor productor de aguacate de Europa. Solo Andalucía genera decenas de miles de empleos ligados a este cultivo. Y, contrariamente a lo que muchos creen, el aguacate español se cultiva con tecnologías de riego eficiente, sin deforestación, y con una huella de carbono mucho menor que la de productos de origen animal que siguen sin cuestionarse.

“El problema no es el aguacate, sino cómo se cuentan las cosas”, apunta Carmen Rodríguez, portavoz de la Asociación Española del Aguacate. “Este tipo de decisiones lanzan mensajes simplificados que perjudican a quienes sí están haciendo las cosas bien”.

¿A quién molesta el aguacate?

El veto de Wimbledon puede responder a múltiples factores, más allá del ambiental. ¿Estamos ante una operación de greenwashing? ¿O acaso hay intereses económicos en juego?

Hay quienes apuntan a la presión de otros sectores alimentarios que ven cómo el aguacate ha conquistado desayunos, smoothies, menús veganos y cartas de restaurantes. Su popularidad ha crecido a costa de productos tradicionales, incluso lácteos o cárnicos, que ahora se ven desplazados por un fruto exótico y saludable.

Eliminarlo de un evento global como Wimbledon no solo cambia la narrativa ecológica, sino que puede empezar a cambiar la percepción de los consumidores. Y eso —en términos de mercado— es poder.

Consecuencias en la mesa y en la mente

Más allá del debate agrícola y ambiental, hay un impacto directo en millones de personas que han integrado el aguacate en su dieta por razones nutricionales. Especialistas en salud y rendimiento lo consideran uno de los alimentos más completos del mundo vegetal: rico en fibra, en grasas buenas, en antioxidantes y micronutrientes esenciales.

“La retirada del aguacate puede parecer un detalle, pero está enviando un mensaje erróneo: que comer saludable también puede ser insostenible”, dice la nutricionista Ana Beltrán. “Y eso genera confusión y culpa alimentaria innecesaria”.

El riesgo, según ella, es que se empiece a demonizar alimentos saludables por razones parciales, sin ofrecer alternativas realistas. “No todos los consumidores tienen acceso a una dieta perfecta. Hay que ser responsables también con los mensajes que lanzamos desde plataformas influyentes”.

¿Y ahora qué?

El aguacate ha sido derrocado en la catedral del tenis, pero su reinado en la mesa aún no ha terminado. La respuesta del sector ha sido inmediata: asociaciones, nutricionistas y productores han salido en defensa del fruto, recordando su valor nutricional y su compromiso con prácticas cada vez más sostenibles.

El debate está servido: ¿se trata de revisar con espíritu crítico el impacto de lo que comemos? ¿O estamos simplemente ante una nueva batalla simbólica en la era del activismo superficial?

Mientras tanto, en muchas cocinas del mundo, la tostada con aguacate sigue siendo protagonista. No solo por moda, sino por una razón más poderosa: porque funciona.

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