El boniato es un alimento rico en nutrientes, pero también en contradicciones. Se dice que es el sustituto sano de la patata, y es cierto, pero también hay que considerar que por cada 100 gramos aporta 100 kcal que proceden de su alto contenido de hidratos de carbono, responsables de su sabor dulce tan agradable, y aquí encontramos otra aparente contradicción, a pesar de su sabor dulce su índice glucémico es menor que el de la patata.
Su riqueza viene de su alto contenido de vitamina A y todos sus precursores como los carotenoides, las vitaminas E y C, y los folatos. Además, es una fuente rica de potasio. Por todas esas razones el boniato es un alimento perfecto para las etapas de la vida que requieren grandes dosis de energía, como la niñez, la adolescencia, el embarazo o la lactancia, También por su alto contenido energético es un gran alimento para los deportistas.
Tiene una poderosa acción antioxidante gracias a los carotenos que combinados con las vitaminas E y C, protegen a las células de los radicales libres, que contribuyen al desarrollo de algunas enfermedades como el cáncer y las enfermedades degenerativas y aceleran el proceso de envejecimiento.
Algunos estudios otorgan al boniato una capacidad protectora frente a enfermedades como el cáncer, las dolencias cardiovasculares, las cataratas y la degeneración macular por la edad. Estos beneficios se sustentan en su altísima capacidad antioxidante y moduladora de la respuesta inmunitaria del organismo.
Durante el embarazo es un alimento recomendable por su alto contenido de ácido fólico, muy demandado durante el embarazo porque interviene en la prevención de algunos defectos de nacimiento en el cerebro del bebé, como la anencefalia (el cierre incompleto del tubo neural), o de la columna vertebral como la espina bífida.
Entre las grandes virtudes del boniato está su facilidad para ser digerido. Gracias a su alto contenido de fibra y a sus antioxidantes mejora las molestias y evita la inflamación y las digestiones lentas. Es un gran aliado de las personas que padecen úlceras gástricas o gastritis.
Por último, los carotenoides del boniato lo convierten en un gran protector de los ojos y el sentido de la vista en general, pues ayudan a prevenir el daño oxidativo inducido por la luz. Por esto se cree que protege de la degeneración macular asociada a la edad y de las cataratas.
Repasemos también sus contradicciones: Salvo que se padezca una alergia a alguno de sus componentes nutricionales, los boniatos, no tienen contraindicaciones importantes. Solo recordar que su aporte energético y calórica es alto, y aunque la presencia de fibra puede ralentizar la absorción de azúcares en la sangre, hay que tener en cuenta su alto contenido en carbohidratos, sobre todo para las personas diabéticas.
El boniato es un tubérculo de otoño, su temporada es de septiembre a diciembre, por su textura y sabor dulzón se utilizan tanto en platos salados como en postres, y es un gran protagonista de los platos que anuncian la llegada de los primeros fríos.
Antes de comerse una deliciosa receta de boniato hay que saber algunas cosas importantes: los boniatos son frágiles, por ello hay que escoger siempre los que tengan aspecto y tacto firme, en casa deben almacenarse en un lugar fresco, seco, oscuro y ventilado. En esas condiciones pueden conservarse entre siete y diez días. A temperaturas altas el boniato puede germinar. No se recomienda guardar crudos en la nevera porque se altera su sabor, una vez cocinados sí pueden refrigerarse, y suelen conservarse una semana.
Fuente: SHA Wellness Clinic